Hola,
No me cansaré de decirlo: Si hay algo especialmente útil en el hecho de mantener un blog, eso es lo que se aprende de los que os tomáis la molestia de pasar por aquí y opinar. Poder lanzar ideas al aire y obtener a cambio conversación de calidad no tiene precio.
El último ejemplo lo tenemos en el último artículo sobre la nube, donde Felipe, Manu, Joseba y RuBiCK han dejado comentarios de gran valor añadido que creo merecen la pena ser rescatados y traídos a la portada. O mejor aún, son comentarios que en su conjunto merecen que extendamos el artículo original teniendo en cuenta estos puntos de vista, insisto, de lo mejor que he leído y oído sobre la nube en mucho, mucho tiempo.
Me preguntaban el otro día unos conocidos si estoy a favor del cloud computing o no. Me sorprendió la pregunta, porque es un tema en el que yo creo que uno no debe posicionarse alegremente sin conocer las condiciones de contorno. En ocasiones los servicios distribuidos externalizados pueden ser beneficiosos y en otras ocasiones, no. Al final todo depende de una enorme mezcla de condiciones, con lo que cuando me preguntan si estoy a favor o no de la nube, siempre respondo ¿en qué caso y condiciones concretas?
Uno de los comentarios que he destacado antes es el de Manu. Con buen criterio comenta que las decisiones empresariales se toman, en muchos casos, sin rigor y lo que es peor: esto no sucede sólo en experimentos aislados, sino que es también patrimonio de los programas complejos y millonarios. ¿A qué se debe esto? Esto no deja de ser la manifestación moderna de un problema que ha existido desde tiempos inmemoriales, y que dada la torpe naturaleza humana, es de prever que siga existiendo. Los proyectos de transformación empresarial son proyectos liderados por el negocio, no por tecnología. Ellos piden, y operaciones entrega. ¿Qué puede ir mal en esta relación tan simple? Muchas cosas, desde problemas en el negocio, errando en las peticiones o tomando decisiones equivocadas, hasta entrega errónea, carente de calidad o no respetuosa con los plazos en TI. Manu se centra en una de las posibles causas, y esa no es otra que la simpleza en la propiedad del proyecto de transformación. Un negocio y unos decisores inoperantes o poco eficientes son el primer condimento de la receta del desastre, y esto es aplicable al cloud computing y a cualquier otra disciplina que queramos contemplar.
A lo largo de los años he presenciado e incluso tomado parte en muchos de estos proyectos, y al menos desde el lado del negocio tengo claro que uno de los problemas más frecuentes es la combinación de la ausencia de conocimiento con la obsesión por la traslación a unidades financieras de todos los aspectos del proyecto. Pero también he visto problemas en el otro lado, en tecnología, con negocios comprometidos, con conocimiento y no obsesionados por colgarle una etiqueta de precio a cada folio del proyecto, pero con una tecnología y operaciones deficitaria, principalmente por la ausencia de flexibilidad. sin vocación de servicio y entrega y sin una clara definición de objetivos objetivos y su priorización.
Joseba comenta en una línea distinta. La nube no es sino otra forma de externalización. Esto me recuerda a una presentación reciente en la que en una transparencia aparecían varios portátiles conectando a una nube de servicios y un grupo de clientes de sobremesa conectando vía 3270 a un z/OS. ¿Existen diferencias? Lógicamente las hay, la nube no suele contemplar mainframes, los escritorios han cambiado y tampoco son iguales los protocolos de comunicación. Pero no menos cierto es que hay un factor común, y ese no es otro que centralizar el núcleo de cómputo haciendo que sean otros los que se ocupen de que eso funcione, limitándonos nosotros a usar el servicio. ¿Es la nube una forma más de externalización? Pues yo comparto con Joseba que en el fondo, no es más que eso, aunque puestos a matizar creo que hay una sutil diferencia que nuevamente tiene que ver con cómo se hacen los negocios. En el outsourcing (y en ciertos modelos de offshoring) se tiende a sacar del perímetro organizativo absolutamente todo, tecnología, soporte y gestión, mientras que en la nube se está tendiendo en primera instancia a sacar fuera todo menos la gestión. Serán muchos los casos donde se acabe sacando la gestión, y al final esta revolución de la nube será más de lo mismo, pero también habrá transformaciones reales donde se marquen diferencias en cómo se hacen los negocios respecto a los modelos anteriores. En lo que estaremos todos de acuerdo es que es absolutamente irrelevante llamar a esto nube, cloud o computación distribuida, y que lo relevante el la transformación en sí.
RuBiCK comenta sobre el cumplimiento normativo. No incidiré más en ello, y podéis ver lo que opino en los cinco errores frecuentes del cloud computing. Yo estoy con RuBiCK: me preocupa saber qué pasará con mis datos, y esa preocupación no siempre es la que tienen los líderes del negocio en sus cabezas. El cumplimiento normativo es un tema que no termina de cuajar, y que provoca cada vez más problemas allá donde no se tiene en cuenta seriamente.
Por último Felipe nos ha dejado un enlace a la revista ACM. No he tenido ocasión de ojearla, pero si la recomendación viene de Felipe, por experiencia anterior os aconsejo que la sigáis :)
Un saludo, y gracias por vuestros comentarios.
Saludos, me alegro haber podido disfrutar de un articulo como este y poder ver mas alla de las narices y no dejarse llevar por lo bonito que hablan de la could computing, pero tengo unas preguntas espero no esten desalineada con el concepto y espero me puedas ayudar con estas.
Este tipo de servicios ¿A cuantas personas pueden dejar sin trabajo? me refiero a que la could computing hace de todo.
¿Que va a pasar con todo esa oleada que estudian sistemas operativo, software, seguridades, y todo lo que tiene que ver con las T.I. etc. seremos simples monos tecleando y haciendo clic sobre algo ya hecho osea simples usuarios? esto lo digo porque los servicios del could computing lo daran empresas que tegan infraestructura moustrosa contra las empresas o personas que prestan servicios con las limitante del dinero para su infraestructura.
Hola Xavier,
El cloud computing es, como cualquier avance tecnológico, una posible fuente de recortes. Yo creo que el progreso tecnológico es inevitable, y que por tanto debemos invertir en formación y capacitación para poder sobrevivir en caso de que un avance tecnológico pueda competir con nuestras capacidades.
Por poner un ejemplo algo ramplón, ¿Corren peligro los asesores fiscales por el hecho de que exista el programa PADRE o los certificados digitales para tramitación online? Es innegable que con PADRE hoy en día es posible gestionar uno mismo una declaración, algo imposible años atrás. ¿Significa esto el fin de los asesores? Yo diría que no. Aquellos que proporcionan valor, y que resuelven lo que la tecnología no puede, sobrevivirán y lo harán sin miedo que los avances los consuman.
Si eres un buen administrador de sistemas y aportas valor REAL al negocio, nadie te va a mandar al INEM como consecuencia de que tu infraestructura esté en un centro de proceso externo. Ídem para consultores de seguridad, programadores, DBAs y toda la fauna de IT. Eso sí, lejos de tendernos en la poltrona, deberíamos empezar a tomarnos en serio el tema y mejorar de una manera continua, porque igualmente continuos son los cambios de la tecnología que nos da de comer.
Un saludo,
Buenas Sergio ,
Me ha gustado mucho tu artículo , ya que tanto marketing para vender te un cloudCOmpunting te nubla la vista , menos mal que tu me has iluminado y me has echo poner las gafas para ver mas alla …..
Será que la nube (Cloud) tapa el sol y nos hace ver cortos de miras ;)