El spam financiero y su impacto en los mercados de valores

Este artículo fue originalmente publicado en «una-al-dia» de Hispasec Sistemas.

El correo basura se ha convertido, por desgracia, en algo inherente
al día a día cuando operamos con un ordenador conectado a Internet.

Al tratarse de una modalidad de ataque masivo, las medidas para el
control del correo basura se limitan prácticamente a seguir unas
buenas prácticas sobre tratamiento y revelación de nuestras direcciones
de correo y a tener contramedidas antispam en nuestras máquinas, que
filtren el grueso del correo no deseado. Muchas veces se trata, en
términos más coloquiales, de capear el temporal.

En numerosos foros especializados se debate constantemente sobre cuáles
son los efectos perniciosos del spam traducidos a impacto económico. Es
decir, el valor monetario que podemos imputar en concepto de coste o
pérdida al hecho de recibir basura en nuestra bandeja de entrada. No
es muy habitual encontrar datos consensuados sobre estas traducciones
a valores económicos, principalmente por la dificultad en conocer el
alcance real del problema del spam: obtener datos fiables sobre
cualquier modalidad de ataque es siempre complejo.

Mucho menos frecuente es hallar opiniones y trabajos de investigación
que analicen los impactos del spam en segmentos determinados. Si ya de
por sí es difícil para cualquier entidad financiera cuantificar los
ratios de spam emitido y el porcentaje de clientes engañados a
consecuencia de dicho spam, por ejemplo, en un ataque de phishing
convencional, mucho más difícil es cuantificar las tasas de éxito de
los intentos de fraude que reciben los usuarios finales. Véase el caso
de las cartas nigerianas, los servicios farmacéuticos ilegales y todo
ese amplio ramillete de actividades deshonestas que son explotadas por
unidades de crimen organizado para obtener, cómo no, suculentos ingresos
fáciles y rápidos. Dentro de ese amplio repertorio podemos colocar al
spam financiero, el cual es objeto de este análisis.

Cada vez es más frecuente que investigadores analicen con más rigor y
profundidad el fenómeno del spam, quizás en un esfuerzo de aproximarse a
datos reales que puedan ayudar a los afectados a concienciarse mucho más
sobre esta lacra, y tratar de tomar todas las medidas más aconsejables
al respecto. Un segmento especialmente castigado es el de los mercados
financieros, con ataques dirigidos a todo tipo de usuarios implicados,
desde los pequeños inversores a las grandes cuentas de gestión financiera.

El problema de los ataques segmentados es siempre el mismo, su calidad.
Enfocar un ataque a un grupo definido poblacional siempre es síntoma de
que muy probablemente, detrás haya un grupo organizado que ha lanzado
los ataques con vistas a impactar al máximo dicho segmento. Se ha
demostrado, y prueba de ello son los ataques de phishing segmentados a
los que en numerosas ocasiones nos hemos referido en «una-al-día», que
este tipo de ataques menos masivos son los que generalmente maximizan
los ingresos de los atacantes. Principalmente porque este tipo de
mensajes fraudulentos están conducidos por grupos que conocen el mercado
objetivo, que estudian el mercado objetivo y que aplican técnicas de
gestión empresarial legítima al fraude, así que, por tanto, saben dónde
golpear causando el máximo dolor.

Recientemente, los investigadores Rainer Böhme, de la Universidad de
Dresden, y Thorsten Holz, un analista de la Universidad de Mannheim,
han documentado un estudio sobre el impacto del spam financiero en los
mercados financieros. Este documento, aún en versión borrador, será
presentado en los talleres de la quinta conferencia sobre la economía
de la seguridad de la información, con el importante aliciente de que
se trata del primer estudio público en el que se analizan este tipo
de ataques.

El documento es muy extenso, 24 páginas, y arroja datos muy interesantes
para comprender el porqué del spam, y concretamente, sus efectos en
los mercados financieros. Así pues, revela datos concretos sobre
el coste por receptor para un emisor de spam y lo enfrenta a otros
métodos lícitos de prospección comercial. Comprender la razón del
spam es muy sencillo al comprobar que el coste por receptor es tan
sólo de 0.0005 dólares americanos. Es decir, impactar a 1000 usuarios
tan sólo cuesta medio dólar. El coste de producir esos 1000 impactos
mediante mailing directo sería de 1390 dólares (2780 veces más caro),
de 660 dólares si recurrimos al telemarketing (1320 veces más caro),
o de 35 dólares en caso de emplear publicidad online (70 veces más
caro). El spam existe, obviamente, porque es barato y efectivo.

El modelo de negocio del spam financiero orientado a mercados de valores
es muy simple en cuanto a su resultado final, si bien es tremendamente
complejo en la parcela analítica. Una vez analizado es fácil comprender
las medidas de segmentación que emplean los atacantes. Es frecuente que
estos correos se centren en ofrecer datos y consejos sobre inversiones
en mercados alta volatilidad, presentando en los mensajes información
difícil de obtener, como por ejemplo, cotizaciones, expectativas,
rentabilidades, etc. Obviamente, los datos ofrecidos suelen ser datos
reales, normalmente obtenidos de servicios gratuitos de trading como
Yahoo! Finance o Google Finance.

Al ofrecer datos reales se pretende que el inversor, ya sea novel o
experimentado, asuma como verdaderos los mensajes. Lo que junto a la
apariencia de un consejo profesional sin coste sobre inversión que
se va repitiendo cíclicamente, provoca que se genere confianza en
el receptor. Que pese a que en primera instancia puede desconfiar
de los contenidos del mensaje, observa como recibe información
periódica en la que sólo se le ofrece información, sin síntomas
aparentes de engaño, ya que no se le pide comprar nada, ni dejar
sus datos personales en ningún formulario, ni facilitar sus datos
bancarios.

Tras un número determinado de impactos es cuando se produce la
captación. Tras el ciclo informativo, se recibe un mensaje, redactado
con elegancia y pulcritud, en el que una empresa determinada se ofrece
para que con su ayuda, seamos nosotros uno de esos inversores exitosos
de esos mercados tan suculentos. Según estas presuntas empresas, no
hay nada que perder, las inversiones son pequeñas y el riesgo es
pequeño. Y cómo no, basta con dejar nuestros datos en un determinado
formulario para que un asesor nos llame y nos informe sin compromiso
alguno sobre cómo invertir en esos mercados suculentos y plagados de
altísimos beneficios. Es más, si nos inscribimos, recibiremos un libro
gratuito, o cualquier obsequio tentador, siempre y cuando estemos
entre los primeros peticionarios. ¿Suena bien, verdad? El factor
regalo unido a la confianza hace que la tasa de éxito sea abrumadora.

El telmarketing no es ilegal. Luego si tras esos mensajes un
teleoperador de ventas nos vende un servicio de inversión, siendo
la empresa legítima y respetándose a rajatabla la legislación
aplicable en materia de comercio electrónico, nadie está incurriendo
en nada ilegal. Eso sí, es condición necesaria que toda la cadena
sea legal, así que los mensajes informativos deben serlo igualmente:
no es lo mismo el correo comercial deseado y aceptado que el spam.

Los problemas comienzan cuando alguno de los engranajes de la maquinaria
no es legítimo. Bien sea por que el correo no sea deseado, porque la
empresa no esté legalizada, porque en vez de pedirnos un teléfono se
nos conduzca a un formulario de robo de credenciales bancarias, o se
nos invite a un pago previo que acabará en una cuenta numerada no
trazable de la que nunca jamás saldrá nuestro dinero de vuelta. Este
tipo de servicios son los que por desgracia, pueblan el spam
financiero y son los que están dañando a los servicios legítimos,
y muy seriamente, además de menoscabar la confianza de los inversores.

En el caso del spam orientado a los mercados de valores, los autores
del estudio que referimos estiman que un 3% de los mensajes totales
de correo corresponden a este segmento. Las técnicas de segmentación
empleadas son realmente terroríficas, en todo momento se tienen
controlados aspectos esenciales, como por ejemplo, concentrar los
envíos durante la semana laboral (con un residuo que no llega al 5%
durante el fin de semana). Igualmente se controlan las franjas
horarias para la emisión de los mensajes, al tratar de hacer
coincidir las horas de recepción con el horario operativo de los
principales mercados bursátiles y de valores.

Los efectos sobre los mercados de valores son notorios. Los lectores
interesados pueden descargar el PDF y hacer lectura de cómo es posible
evaluar a través de una distribución de Pearson del tipo «shi»
cuadrática factores como los efectos de la recepción del spam sobre la
actividad de los mercados, y del incremento del volumen de negocio
inducido. Los mensajes fraudulentos muy habitualmente exageran levemente
los datos para atraer la atención de los inversores, lo que se traduce
en movimientos notorios en los mercados. Esto genera no sólo relaciones
en el binomio spammer-receptor, sino en usuarios que, conocedores de
los incrementos producidos por el spam, aprovechan los picos provocados
por los mensajes para generar negocio y ganancias, compran a la baja y
esperan que se produzcan picos por parte de usuarios excitados por el
spam para efectuar ventas al alza. Son los llamados «receptores
elegantes», los cuales simplemente, se aprovechan de la coyuntura.

Los focos principales de este tipo de spam son, hoy por hoy, el
británico y el estadounidense, ya que no sólo tienen una gran actividad
general en los mercados de valores tradicionales, sino también en los
mercados volátiles de menor tamaño y los mercados tecnológicos. Además
cuentan con factores detonantes, como por ejemplo, la elevada tasa de
penetración de comercio electrónico y una muy consolidada costumbre de
sus usuarios a la hora de afrontar operaciones bursátiles en la red. No
obstante, el informe advierte de un fuerte crecimiento en mercados
emergentes como el Chino. Lo que puede interpretarse como un buen
indicador de que este tipo de problemas acabarán siendo de una mayor
importancia en los países europeos.

Quizás este sea un buen ejemplo para ilustrar que los problemas
globales de seguridad son amenazas muy serias que tienen efectos
colaterales notorios y que habitualmente pasan desapercibidos.
Desafortunadamente, las técnicas de segmentación son cada vez
más empleadas por otros «gremios», como el de los phishers. Es vox
populi en muchos foros especializados en la lucha contra el fraude que
el día que los phishers convencionales adquieran las habilidades de los
spammers financieros vamos a tener un problema con una gravedad mucho
más acentuada que la ya existente, que no es precisamente pequeña.

A la vista están las razones.

Más Información:

The Effect of Stock Spam on Financial Markets
http://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=897431

Fifth Workshop on the Economics of Information Security (WEIS 2006)
http://weis2006.econinfosec.org/

Correo no deseado: Causas, tipologías y medidas de prevención
http://www.sahw.com/wp/archivos/2006/03/10/correo-no-deseado-causas-tipologias-y-medidas-de-prevencion/

Un pensamiento en “El spam financiero y su impacto en los mercados de valores

Comentarios cerrados.