Espeluznante. La chapuza está servida.
Al ver esta noticia, yo de verdad, ya no sé que pensar. Microsoft Anti-Spyware Deleting Norton Anti-Virus es una entrada del blogger y periodista del Washington Post Brian Krebs, en el que se describe con todo lujo de detalles cómo Microsoft AntiSpyware, el producto gratuíto de control de spyware de Microsoft, marca como malware a diversos productos de Symantec, considerándolo como especímenes de robo de claves y ofreciendo al usuario su eliminación.
Según declaraciones procedentes de la casa de Redmond, los últimos juegos de firmas detectan y clasifican los ficheros del antvirus de Symantec como malware, concretamente como el password stealer PWS.Bancos.A. Obviamente, si el usuario decide eliminar «la amenaza», la acción resultante no puede ser más divertida: inoperatividad completa del antivirus. Yo no sé si reirme, o llorar.
Según las averiguaciones de Krebs, Microsoft comenta que el problema está delimitado «únicamente» a Symantec Antivirus (SAV) versiones «corporate» 7,8,9 y 10, así como a las versiones 1,2,3 de Symantec Client Security, en combinación con Windows Anti-Spyware Beta 1.
Se ha puesto a disposición de los usuarios el último fichero de definiciones, 5807, que no contempla este falso positivo. No hay soluciones oficiales para aquellos desalmados que se hayan cepillado a la solución Symantec vía este grandioso sistema antimalware, pero tranquilidad en las masas, que no cunda el pánico: El mensaje que se transmite al cliente no puede ser más balsámico y esperanzador: «restaure a un punto anterior con System Restore»
De juzgado de guardia.
UPDATE: Comentan el tema en muchos sitios, por ejemplo, en Kriptopolis.
Es increíble ver cómo la gente está dispuesta, sin pensar si quiera en ello, en dejar que un producto extranjero, controlado por terceras personas, decida qué es benigno y qué es maligno. Máxime cuando el fabricante de dicho producto:
1. Cobra por un producto suyo (OneCare), que intenta solucionar defectos de otro de sus productos (Windows, IE, Office).
2. Utiliza su influencia para decidir qué está bien y qué no. Si una empresa, como la competencia, hace algo que a Redmond no le gusta, basta con que Redmond incluya en sus firmas el código de alguno de los productos de aquella empresa, y distribuya una actualización. Después, transcurridos unos días, cuando la opinión pública, o la empresa afectada, se les eche encima, bastará con un suave comunicado de prensa diciendo «estamos trabajando en ello», o «restaure el sistema al punto anterior de restauración».
Luego suceden estas cosas: Microsoft, decidido a entrar en el mundo del software antivirus, decide poner trabas a la competencia, jugar deslealmente y actuar sin escrúpulos para aumentar su cuota de mercado. ¿Quién será la próxima víctima? ¿Trendmicro?