Interesante enlace el que proporciona Bruce Schneier en su afamado weblog, que a su vez enlaza con el artículo fuente Television shows scramble forensic evidence, artículo que muestra con el ejemplo por todos conocido de la serie CSI, cómo muchos criminales aprenden a cometer actos criminales teniendo en cuenta cómo se investiga después.
Este blog no habla de CSI, ni de televisión, pero podemos extrapolar el razonamiento a la ciencia forense informática muy cómodamente.
Podría darse la situación de que los usuarios maliciosos estén aprendiendo los fundamentos de la recolección de evidencias judiciales para así poder cometer crímenes telemáticos más difíciles de rastrear. Es un escenario totalmente posible. Dice el refranero que hecha la Ley, hecha la trampa.
Este escenario sería muy peligroso, ya que obligaría a los investigadores a investigar por partida doble: por un lado, desarrollar investigaciones basadas en el fraude telemático en sí y por otro, investigar cómo adelantarse a los criminales que cometen los hechos delictivos.
Esto requeriría la capacitación total y absoluta de los investigadores, que no podrían sólo conformarse con actuar tras los hechos, sino a ser extremadamente proactivos, y ésto no es nada fácil de lograr. Aunar en una misma persona ambas cualidades de proactividad y reactividad es tan difícil como ser un gran pintor y un gran escultor al mismo tiempo. Coordinar equipos multidisciplinares no es tampoco una tarea sencilla.
Éste escenario que tanto alerta a la ciencia forense tradicional está en ciernes. Lo podemos ver cada vez que los phishers inventan técnicas nuevas de captación ilegal de datos. Siempre van un paso más allá de los investigadores, y eso les hace cobrar una ventaja que a fin de cuentas les permite subsistir.
Renovarse, o morir. No queda otra.
UPDATE: En Barrapunto hubo una vez una discusión parecida