Recientemente, Tal y comentaba en este diario, he saboreado nuevamente un derivado de Debian, concretamente Ubuntu.
Esto me ha hecho pensar sobre una característica cada vez más extendida en los sistemas libres GNU/Linux, que es la incorporación de gestores de paquetes que hacen que instalar y desinstalar paquetes, comprobar las dependencias y las actualizaciones del sistema se conviertan en tareas muy sencillas.
Sin duda alguna esto es útil para los principiantes, facilita mucho el acercamiento a las plataformas libres que de lejos tanto asustan a los usuarios. Pero por otro lado, hace que la administración clásica deje de ser una disciplina «elitista» y al alcance de unos pocos. Hace tiempo, por ejemplo, instalar el servidor de Web Apache HTTP era una tarea tediosa y desde luego poco accesible a los usuarios recién migrados a entornos libres o bien a los usuarios que hacían uso exclusivo desktop (ofimática, web y correo) de estos sistemas libres.
Hoy por hoy, con una distribución Debian, o alguna basada en Debian como Ubuntu, es tan sencillo como teclear en una consola 3 cosas:
root@sergio:/home/sergio # apt-cache search apache, lo que listará todos los paquetes relativos al proyecto Apache
root@sergio:/home/sergio # apt-get install apache2 instalará automáticamente Apache en el ordenador
root@sergio:/home/sergio # apt-get check para verificar las dependencias
Y ya está. Ya tenemos el servidor listo para meter ficheros en el directorio /var/www y servir Web. Desde luego esto es lo elemental, no hemos enjaulado Apache ni hemos securizado nada, pero al menos estamos sirviendo Web.
Es a raíz de esta facilidad que me planteo un futuro halagueño para que los nuevos adoptantes puedan acercarse cómodamente a las soluciones libres, pero por otro lado hace que las tareas de administración clásicas se vayan reduciendo y por tanto, la exposición a riesgos por administraciones incontroladas o de insuficiente seguridad sean crecientes.
¿Dónde está el equilibrio?